Así como lo leen: Louis C.K., el genial comediante, estrenó una nueva serie web llamada Horace and Pete el sábado pasado, ante el asombro de, bueno, todo el mundo. De repente sonaban los dispositivos electrónicos avisando que había llegado un nuevo correo electrónico a nuestras bandejas de entrada. Chequear. Era del mailing de Louis, quien acostumbra, cada tanto, a escribir algunas líneas para presentar productos o invitar a sus shows, etc. Realmente vale la pena estar suscrito porque te puede pasar algo como esto: que te diga, sucintamente, que acaba de lanzar una nueva serie, cuyo primer episodio cuesta 5 dólares, y que ya se puede ver online/descargar.

Todos descolocados, fans, críticos, gente de la industria, sobre todo. Porque el tipo no hizo promoción ALGUNA de este nuevo show. Porque de repente uno entra y solamente dice “Episodio 1” y ve la duración de 67 minutos, pero aún NO TIENE IDEA de qué va a ver. “Pero si estoy al día con los estrenos; si leo noticias; si entro a IMDB a ver si tiene ficha, etc. ¡Esto no puede ser! ¿Era un proyecto secreto?”. Y, al parecer, sí. Pero nada te prepara porque no sabés de qué se trata. Buscás a otros que están en la misma que vos en las redes sociales; ahí aparece Reddit a la cabeza, comentan que tiene que ver con un bar (y enseguida se viene Cheers como referencia ineludible), leés algún que otro tuit que pone captura de pantalla o hace un live-tweeting de lo que ve. Y entonces, decidida, ponés play y aparece él en escena, en una suerte de puesta teatral filmada a multicámara; luego Steve Buscemi (!) y así se suceden momentos variados y actores y actrices famosos, conocidos, y otros no tanto. Qué lindo cuando te sorprenden así.
Horace and Pete no es algo convencional. Es drama, pero también tiene momentos de risa. Es una nueva serie del brillante Louis C. K., de su creación, escrita y dirigida por él. Dos hermanos, interpretados por C.K. y Buscemi, son dueños de un bar en Brooklyn que data de más de cien años. También se suman a los personajes el veterano Alan Alda (en un papel en el que se destaca muchísimo); la actriz Jessica Lange, Edie Falco, entre otras caras que reconocemos, Steven Wright, Nick DiPaolo, etc. Hay quienes vienen y van en el bar. La historia principal tiene tinte familiar –hay varias subtramas que se entrecruzan en esta primera entrega- y no quiero adelantar mucho porque vale la pena verlo.
Terminé el episodio y pensé: es buenísimo esto que acabo de ver. No será para todos los gustos, ni será divertido “jaja”, es otra cosa. Hay mucho drama acá. Y bastante por explorar en lo que vimos, y lo que vendrá. Es una mezcla de todo, es arriesgado, tiene interpretaciones excelentes, otras no tanto; con comentarios políticos de súper actualidad (cuestiones de Trump, por ejemplo); maneja un tono nostálgico y melancólico, y quién sabe cuántas cosas más. La música de la apertura está a cargo de Paul Simon, de paso. Pavada de crédito.
Para quienes seguimos la carrera de Louis C.K., no nos extraña que se pueda salir con algo así. Porque hizo un recorrido que lo llevó a tener la capacidad y libertad creativa de pocos, tal vez semejante a la de Woody Allen en cine, gente que hace lo que quiere, y siempre tiene público que lo consumirá. Porque, vamos, a todos nos gusta saber qué es lo próximo que harán. Si este es el momento de “Peak TV”, como le llaman, en el que hay sobreoferta de productos de televisión, entonces siempre es bienvenida una apuesta original y una experiencia que nos sacuda de lo que estamos habituados a ver.
Hasta ahora no sabíamos mucho sobre la serie. Tampoco estábamos seguros de que fuera a ser una serie per se. Pero entonces el señor envió un mail en el día de hoy, jueves 4 de febrero, y se despachó largo y tendido sobre Horace and Pete, sobre por qué hizo lo que hizo, hace lo que hace, y hará lo que hará. Y las razones de por qué cobrará los episodios. Y aclaró más cuestiones como, por ejemplo, que efectivamente ES UNA SERIE.
En una movida que le debe haber quitado el sueño a más de uno (imaginen, el producto llega directo del creador a su dispositivo, sin promoción ni publicidad mediante; sin productoras detrás; sin sinopsis, sin saber quiénes actúan, ni de qué va, etc.), C.K. explicó que precisamente eso le atrae: la independencia del asunto, el contacto con el espectador, posible comprador, fan o hater. No hay intermediarios acá, con comprar y un click, accedés. Contó que el show se filma en este mismo momento, se edita al toque, así que el próximo episodio saldrá el sábado 6 a la mañana. Que no le gusta saber mucho de una serie cuando se estrena, así que por eso también prefirió no decir nada antes. Que es autofinanciada y por eso cuesta 5 dólares porque, bueno, sale mucho dinero hacer la serie web. Tiene un cast impresionante (y promete más invitados especiales) y dos sets cuasi teatrales, y cámaras varias, entre otras cuestiones del quehacer televisivo. Y también aclaró que los siguientes dos, o sea el episodio 2 y 3, costarán 2 dolares, y a partir de ahí el precio estipulado será de 3 dólares por capítulo. Louis quiere que nos guste lo que hacen, que lo disfrutemos, que apreciemos la novedad del caso.
De Louis C. K. sabemos que tiene un gran contrato con FX por varias series, producciones, etc., por venir. En este momento, como previamente sucedió, su serie principal “Louie” está en hiatus. Cuándo volverá a la pantalla, no se sabe. Mientras tanto, se mantuvo ocupado: se dedicó a crear la nueva dramedy indie “Baskets”, junto a Zach Galifianakis, que acaba de estrenar por FX (y que recomiendo mucho, si les gusta el humor absurdo). De paso, también está involucrado como productor y director en lo nuevo de su co-equiper Pamela Adlon, Better Things, que saldrá a la luz este año. Lo vimos actuando en algunas películas como Trumbo. Y ahora sabemos que su cabeza inquieta está con Horace and Pete, este nuevo proyecto original y de distribución particular. ¿Descansar? No, gracias, me arruga la ropa.
Qué alegría saber que este año tendremos material de Louis C.K. para rato.
PD: para quienes entiendan inglés, les dejo el mail enviado por Louis C. K, en donde explica todo con sus palabras, siempre con su humor.