Cuando la comedia se vuelve más dramática
PUNTAJE: 6
A comienzos del 2016, la cadena FX sorprendía con la aparición de Baskets, una comedia dramática creada por Louis C.K., Jonathan Krisel y Zach Galifianakis, siendo este último también su protagonista.
Aquella primera entrega se destacaba por intercalar de gran manera entretenidos momentos de comedia con trágicos actos dramáticos, pero -por sobre todas las cosas- por su gran elenco y sus enormes actuaciones. Desde el correcto trabajo de Galifianakis (quién interpreta a dos hermanos mellizos) hasta la excelente labor en los papeles secundarios de Louie Anderson y Martha Kelly.
Esta segunda temporada expone su lado más lúgubre y –sin dejar de lado el humor negro que siempre caracterizo a la serie- crea una cadena de conflictos, desencuentros y tragedias que resultan tan interesantes como por momentos inesperados. Cada vez que van transcurriendo los episodios lo grotesco se torna más oscuro y desgarrador y será vital respecto a lo que le sucede a cada uno de los personajes.
La narración se construye en torno a diversos conflictos, donde la familia disfuncional decae en lo más oscuro de sus precipicios, lo cual se ve reflejado tanto en la aspereza visual de la mayor parte de esta segunda temporada, como a través de situaciones y diálogos bastante desgarradores. Lo interesante de todo esto es que la serie nunca pierde su esencia, la de una comedia y lo alocado de cada uno de sus actos, solo que en este caso la comicidad se va diluyendo poco a poco por lo desolador del drama.
Una vez más, hay que destacar el enorme trabajo de Anderson, quién vuelve a interpretar a aquella mujer (que le valió un Emmy a Mejor Actor de Reparto de Comedia 2016) y que a su vez resulta uno de los personajes más complejos de los últimos años. Sin lugar a dudas, esta producción original de FX es más que nada una serie de personajes secundarios, donde a pesar de la importancia de su protagonista, son los otros los que hacen que la obra jamás pierda interés.
Esta segunda parte de Baskets resulta un tanto más irregular que la primera, pero tras sus diez episodios en dónde la comedia va adquiriendo cada vez más un enfoque sumamente dramático, termina teniendo hasta un encanto tan romántico como felliniano en torno a su universo payasesco, dónde a pesar de una importante seguidilla de momentos trágicos y el desafortunado pasar de sus personajes, todo termina cerrando de una manera un tanto más amena y esperanzadora de cara a una virtual tercera entrega.