El loco camino de una serie atrapante
PUNTAJE: 8
The Leftovers es una de las series más irregulares y pretenciosas de los últimos años, pero a vez de las más interesante y fascinantes a nivel creativo. Con una primera temporada que fue de menor a mayor, una segunda que era mucho más compleja e impactante hasta esta tercera y última que tuvo episodios tan brillantes como otros innecesarios.
Si es que hubo algo que caracterizó a esta producción original de HBO -y a esta entrega final en particular- es que en cada capítulo siempre dio la sensación de que todo podía pasar. La serie es tan delirante y ingeniosa en su propio contexto de ciencia ficción como impactante a nivel visual, en tanto que desde lo complejo de sus personajes como en lo sofisticado de su argumento y sus espacios temporales hacen de esta obra un deleite en lo que a originalidad se refiere.
No es un dato menor que uno de los creadores de The Leftovers (Damon Lindelof) también lo haya sido de un clásico como Lost, serie que también se caracterizó no solo por ser despareja, sino por tener de los mejores momentos de la historia de la televisión, como otros completamente para el olvido. La diferencia está en que esta reciente obra de HBO no fue estirada más de lo debido -como si había pasado con la anterior- y que a pesar de sus altibajos resulta más compacta y logró construir un final mucho más acorde a su desarrollo previo.
Esta tercera temporada acentúa aún mas su enfoque bíblico, como también explora en profundidad varios de los disparates metafísicos que siempre expuso la serie. El desarrollo narrativo puede ser confuso, pero es más que interesante como aunque sus métodos sean rebuscados, The Leftovers experimenta en cada uno de sus secretos varios de los temas más existenciales de la vida, la muerte y el eterno planteo del porqué de las cosas, que como en la mismísima ficción no siempre tienen que tener algún tipo de explicación y está perfecto que así sea. Es realmente destacado como la obra plantea múltiples paralelismos y dimensiones que entre realidades o posibles sueños crea un universo entrañable.
Entre una fotagrafía impecable, grandes selecciones musicales y -por sobre todas lo demás- un brillante trabajo actoral por parte de Justin Theroux y Carrie Coon, The Leftovers finaliza su recorrido con un final más que emotivo y esperanzador. Es para resaltar que aunque se develen ciertas incógnitas, la serie resulta ser fiel a su estilo y todos los grandes misterios que plantea quedan abiertos a múltiples interpretaciones para así terminar de una manera más que digna.
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