Las irregularidades de una serie descomunal
PUNTAJE: 7
Terminó la temporada más atípica de Game of Thrones, la más corta (de tan solo siete episodios), la que mostró avances impensados en el espacio-tiempo de la narración, la de los conflictos por los capítulos filtrados y la del season finale más largo de toda la serie con un desenlace de casi 80 minutos.
La creación de David Benioff y D.B. Weiss es todo eso y mucho más, un fenómeno a nivel mundial que siempre es uno de los temas centrales en el lapso en que la serie es emitida y que -luego de tantos años- está a tan solo una temporada y seis episodios de finalizar.
Si en la entrega pasada todo resultaba muy incierto a partir de que la transposición televisiva por primera vez se adelantaba a lo expuesto en los libros originales de George R.R. Martin, esta séptima entrega fue por momentos tan obvia como un show lleno de sorpresas. Con un ritmo narrativo mucho más frenético que los años anteriores y con un paso del tiempo sumamente veloz en el universo diegético, la obra se volvió una maratón de hechos y acciones que a pesar de tener situaciones sumamente densas, también motivó varios de los mejores momentos de su historia.
Pero Game of Thrones siempre fue irregular y, a pesar de esta temporada de tan solo siete episodios, la serie alternó algunos un tanto para el olvido como con otros realmente interesantes y con batallas sorpresivas, creando acciones impactantes al más fiel estilo que siempre caracterizó a la obra.
Por más que haya diálogos de más, lapsos telenovelescos sin sentido o transiciones temporales insólitas, lo fantástico que crea la serie resulta encantador y siempre lo positivo termina predominando sobre lo irregular. Esa gran construcción de grandes y épicos momentos hacen que esta superproducción sea única y a la cual HBO le costará muchísimo suplantar cuando termine.
Sin dudas, esta temporada fue de menor a mayor y, con el correr de los episodios, la historia no solo se fue acelerando narrativamente, sino que entre distintas revelaciones -tan inquietantes como esperadas-, la serie deja planteadas diversas incógnitas e incertidumbres para lo que será la entrega final.
Esta séptima temporada estuvo llena de altibajos y situaciones completamente forzadas, pero es innegable que cuando Game of Thrones puede combinar sus mejores momentos de acción, aventuras y esos característicos golpes de efecto, se convierte en una serie sumamente especial. Ahora habrá que esperar a que se confirme la fecha de los seis episodios finales, pero lo que resulta seguro es que la creación de Benioff y Weiss es uno de los grandes hitos populares de la televisión mundial de los últimos tiempos.
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