El atractivo (e inseguro) mundo de Issa Rae.
PUNTAJE: 7
Insecure, creada por Issa Rae y Larry Wilmore para HBO, sigue la vida de dos mujeres afroamericanas que deben enfrentar sus propios defectos de la vida real en sus intentos de lidiar con una serie de incómodas experiencias cotidianas. Protagonizada por la misma Rae, la segunda temporada se consolidó como una de las mejores series de comedia actuales.
Issa (Rae) y su mejor amiga Molly (Yvonne Orji) enfrentan los problemas de la vida real, como el racismo, mientras intentan navegar en mundos diferentes y experiencias desagradables. Si en la primera temporada Issa intentaba descubrir qué quería de la vida y cómo podía asumir el control de su trayectoria, en medio de los tropiezos del camino, ahora… sigue igual. Luego de su ruptura con Lawrence (Jay Ellis), Issa se encuentra intentando volver a conquistarlo. Y, a pesar de algunos esfuerzos que hace, recae una y otra vez en los mismos errores o… personas equivocadas.
En cuanto a los demás, Molly, quien siempre aparenta tener todo más o menos resuelto en el campo profesional, continúa su lucha interior mientras busca la manera de arreglar su vida amorosa, un tanto complicada en esta segunda entrega cuando se involucra demasiado con un hombre que no le conviene. Quizás el único personaje que sí toma distancia de su relación tóxica es Lawrence, quien trabaja para cambiar su situación día a día, en un camino de madurez que las chicas de la serie no parecen estar listas para seguir.
Esta temporada, además, otros de las protagonistas que se afianzaron fueron la ciudad de Los Ángeles, y la música que suena, ambos parte importante de la trama de la serie: el área sur (South LA), donde transcurre la mayor parte del tiempo en Insecure, es un área llena de cultura y vida, que está marcado por las ricas culturas de las comunidades que viven ahí, mayormente afroamericanos y latinos (las locaciones que aparecen en la serie son reales). Todos los sitios por donde transitan los personajes son funcionales a la trama, ya sea desde el lugar de trabajo de Issa, We Got Y’all, hasta su departamento en donde vivía con Lawrence, su ex, que hasta parecía tener vida propia en tantas ocasiones, hasta los lugares en donde cena o brunchea, y hasta un tour de vinos con sus amigas en Malibú, suma al relato que vemos en desarrollo en pantalla. Sobre las canciones que suenan, lo mismo, con una banda sonora con música de artistas afroamericanos tanto indie como ya consagrados, es un atractivo más.
Lo que más atrae de Insecure es la honestidad y frescura con la que retrata hechos cotidianos de la vida de estas jóvenes que todavía no saben muy bien qué dirección seguir en sus vidas. Con un elenco de actores y actrices con gran timing para la comedia, encabezado a la perfección por Rae, las situaciones más comunes, por ejemplo, un encuentro sexual, terminan en escenas hilarantes que los intérpretes saben desarrollar a las mil maravillas. El universo creado por Rae es un abanico de personalidades queribles y divertidas, y a la vez vulnerables y llenas de fallas. Es decir, muy humanas.
En la gran variedad de temas que se abordan, desde un acto sexual que no termina como se deseaba, a las situaciones racistas vividas a diario, las charlas sobre sexo oral, la infidelidad, las citas, las recaídas con los ex, las perspectivas profesionales, el lugar de la mujer, etc., la sátira siempre dice presente y hace que la serie plantee las cuestiones e invite a una reflexión sobre eso. Justamente porque el humor permite esto. Y hay gran valor agregado ahí.
Insecure se afianza en su segunda temporada, con una trama sólida y a puro paso de comedia. Queda por ver qué depara la tercera entrega de esta pequeña gran serie original de HBO.
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