Me verás volver…
PUNTAJE: 8
Finalizó la tercera y ¿última? temporada de Ash vs. Evil Dead, la serie inspirada en el universo creado por Sam Rami. Bruce Campbell se vuelve a lucir como Ash Williams, el “elegido” para lucha contra los demonios que salen del Necronomicón.
Hay historias que no deberían terminar jamás. Después de El Ejército de las Tinieblas, nadie pensó que Ash Williams regresaría al mundo del Necronomicón, pero así fue. El redescubrimiento de una nueva generación de la saga Evil Dead, creada por Sam Raimi, apoyada por la subcultura de la nostalgia ochentosa permitieron que el carismático personaje se convirtiera nuevamente en protagonista. Esta vez en formato de miniserie.
Lamentablemente, la cadena Starz decidió ponerle punto final a la serie después de una tercera temporada. Lo cierto es que Ash vs. Evil Dead apostaba al apoyo incondicional de fanáticos del gore y la saga, y no logró sumar nuevos espectadores, o quizás demasiadas tripas espantan al políticamente correcto público del siglo XXI.
Esta última entrega encuentra al héroe y sus aliados -Pablo y Kelly- asentados en el pueblo natal de Ash -Elk Grove- mientras la villana Ruby planea su venganza. Por supuesto, la paz será temporal. La aparición de Brandy (Ariele Carver – O´Neill), hija de Ash, modificará la tranquila vida del antihéroe, pero también traerá a los muertos que querrán cobrarse revancha del protagonista.
La misión de Ruby en esta temporada será apoderarse del mundo antes de la llegada de “los oscuros”. Ash deberá enfrentarse no solo con diversas criaturas, sino también con un hijo demoníaco que intentará quedarse con su lugar, al tiempo que debe asumir su rol de padre biológico con Brandy. Sin abandonar sus típicas borracheras ni su sierra eléctrica, Ash nuevamente será el héroe más incorrecto de nuestros tiempos.
Los hermanos Raimi y el equipo de guionistas y productores detrás de la serie, intentan aportar un poco más de seriedad, sin abandonar el gore ni la cuota de humor que caracteriza a la saga. Los escenarios de esta temporada encuentran a los héroes luchando, por ejemplo, en un banco de esperma y en medio de una fiesta de graduación típica estadounidense, donde no pueden faltar referencias a Carrie e incluso Stranger Things.
Sin embargo, la empatía de las relaciones entre los personaje deparan que varias subtramas tomen un giro más sentimental y dramático que las ediciones pasadas. Aún así, esto resulta determinante para mantener atrapado al espectador en cada capítulo.
El carisma de Bruce Campbell y la simpatía que despiertan Ray Santiago, Dana De Lorenzo y especialmente la genial Lucy Lawless es determinante para enamorarse nuevamente de estos personajes y extrañar su ausencia.
Aunque Campbell ha declarado que si terminaba la serie este año no volvería a interpretar a Ash Williams, el final abierto de esta temporada puede deparar un impensado regreso en un par de años. Quizás en formato streaming, quizás en formato cinematográfico. Lo cierto es que el desenlace, lejos de ser un happy end, tiene el equilibrio perfecto. Por un lado marca un final impecable para esta saga, y por otro, el inicio de otra cosa.
Ash vs Evil Dead fue un fan service de lujo para fanáticos del terror, el gore y las películas de Raimi, que sin perder la estética visual y los efectos especiales seudo artesanales brindó a la televisión de una de las series más políticamente incorrectas de nuestros tiempos, conservando sus orígenes literarios y espíritu clase B que marcaron el film de 1981. Groovy.