El incierto futuro de una serie cambiante
PUNTAJE: 7
The Affair es una serie rara, una obra impredecible que a lo largo de los años se fue reinventando de distintas maneras con hilos narrativos tan interesantes como con otros carentes de interés. Tras una cuarta temporada irregular, esta creación de Hagai Levi y Sarah Treem para Showtime mostró sus mejores momentos, como también varios de los más olvidables, en tanto que entre factores externos a la ficción y la incertidumbre de una virtual quinta entrega, la incógnita de un futuro posible es bastante llamativo.
En principio, ya era complicado de imaginar que The Affair se pudiese extender a cuatro temporadas. Tras una gran primera entrega con ideas más que ingeniosas fue muy atractivo cómo la serie fue abarcando y abriéndose a diversas tramas y –así y todo- no hacer perder el interés en los distintos personajes. Esta nueva parte seguramente sea la más irregular y en la que se encontraron más episodios intrascendentes, aunque no es un dato menor que los que fueron importantes realmente tuvieron una factura estupenda y estuvieron al nivel de lo mejor de esta creación de Levi y Treem.
Con el mismo formato de las entregas anteriores, esta cuarta temporada de The Affair fue bastante peculiar y dentro de su propio universo se le dio por innovar en esas mismas cuestiones narrativas: incursionando en las clásicas perspectivas de los distintos personajes, ya que en esta cuarta entrega se pudieron ver partes más extensas, otras mínimas (aquellos minutos de Noah en el brillante octavo capítulo), una doble visión de un mismo hecho a través del mismo protagonista y hasta un episodio final a través de la visión de tres de sus personajes.
Como ha pasado en diversas series a lo largo de la historia de la televisión, un hecho externo y hasta incierto produjo la salida de uno de los personajes principales y, con todo lo que esto implica, el futuro de la serie resulta -como mínimo- impredecible, no solo por la importancia de la futura ausencia de Alison (tras algunos inconvenientes sin resolver con la genial actriz Ruth Wilson), sino por como harán sus realizadores para reinventar a The Affair para lo que será su última temporada tras su salida.
Por más que varias situaciones se vean forzadas, resulta interesante la vuelta de tuerca que se produjo en la serie, más que nada en vistas a la última temporada. Esta cuarta entrega de The Affair expuso lo más desgarrador y miserable por parte de sus personajes, pero -así y todo- deja las puertas abiertas a una posible redención. Una mínima esperanza para que esta aventura trágica que rodea a cada uno de sus personajes pueda llegar a tener un horizonte diferente tras los diversos conflictos que expuso la trama de esta serie, la cual se fue estirando a lo largo de los años y -a pesar de sus momentos flojos- siempre logró encontrar un nuevo punto de interés.
En realidad considero que la serie resulta un poco tediosa, tal vez la historia podria haber transcurrido en menos capitulos, por ende menos temporadas. Tiene capitulos que atrapan y otros no tanto. Cuando cada uno de los actores describen las acciones transcurridas, lo realizan segun su punto de vista y rara vez coinciden en el relato de lo acontecido.
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En parte coincido, es cierto que estiraron demasiado esta serie, pero -así y todo- siempre logró tener cierto atractivo a pesar de sus irregularidades.
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