Reparación histórica. Mejor tarde que nunca: llegué al maravilloso universo de BATTLESTAR GALACTICA. Y qué genial es.
Esta serie de culto de sci-fi (originalmente de fines de los setenta), tuvo su reboot en 2003 de la mano de Ronald D. Moore, primero con una miniserie y luego con cuatro temporadas que se emitieron hasta 2009; con la película “Razor” en el medio, también algunos webisodes, videojuegos, libros, un cortometraje, y hasta un spin-off precuela (“Caprica”) de poco éxito en 2010… en fin, ha dado mucho y hasta se prepara una nueva serie de la mano de Sam Esmail (Mr. Robot) para dentro de un año o dos. So say we all!
Y este año, quizás por la pandemia y demás cuestiones (@primevideolat la tiene completa en su catálogo), le di play y no pude parar. Me dejé llevar por estas historias de humanos y cylons en el espacio, en algún tiempo, clones y supervivencia de la especie, dilemas existenciales filosóficos, amores imposibles y batallas increíbles. Un mix que me vino bárbaro para salir un poco de la realidad. Un refugio ficcional que me dio cobijo por muchas semanas.
Con personajes entrañables, llenos de ambigüedades, la serie se adentra en los vínculos sentimentales y políticos, en aquello que nos hace humanos más allá de que efectivamente lo seamos. La condición humana, digamos. Y lo hace entre naves espaciales y misticismos varios.
Cuando la terminé sentí un vacío enorme. Lloré mucho con el final. Esa sensación que te dejan series que quisiste mucho y que te acompañaron en ciertos momentos de tu vida. Creo que BSG va a estar en mi memoria de este modo.
Larga vida a Starbuck, Apollo, Adama, Roslin, Gaius Baltar, Number Six, Boomer, Helo, Chief, Coronel Tigh y tantos otros personajes que ya se quedan conmigo para siempre.
See you on the other side. 💕🚀