Qué bien nos hubiera venido una serie así en nuestra adolescencia a les cuarentones, eh. En mi época era tipo qué ESI ni qué ocho cuartos, nos pasaban un vhs de título “¿De dónde venimos?” y su secuela “¿Qué me está pasando”… que eran de temer. Así salimos.
Hoy, por suerte, podemos disfrutar de una serie como SEX EDUCATION que hace pocos días estrenó su temporada 3 y que nada tiene que ver con aquellas obras audiovisuales vetustas y de otro siglo.
En esta ficción británica de Netflix, creada por Laurie Nunn, los y las adolescentes tienen los mismos problemas de siempre, pero ahora el abordaje es menos pacato, a pesar de que siempre habrá corrientes que intentan acallar el grito de las hormonas en ebullición.
Los chicos y las chicas del colegio de Moordale tienen sexo, quieren saber más, y mientras hacen su transición hacia una futura adultez, se hacen preguntas, tienen vergüenza y dudas, y sus dilemas son básicamente de adolescentes, como debe ser. Y la serie lo enmarca todo muy bien, en un paquete donde los padres y las madres también quieren saber y aprender más, porque es algo que se hace juntos y a la par, claro.
Hay mucho humor, ternura, desencuentros, cuestiones de género, feminismo, drama familiar, romance, y mucha pero mucha amistad. Ah, y mucho sexo, claro. Todo encarnado por actores y actrices jóvenes encantadores (Asa Butterfield, Emma Mackey, Ncuti Gatwa, Connor Swindells y Kedar Williams-Stirling, entre otres) que llevan adelante el relato a las maravillas, acompañados por algunas veteranas en este oficio (Gillian Anderson, por mencionar una), y nuevas incorporaciones como Jemima Kirke (Jessa de Girls).
Esta nueva temporada empuja algunas historias y relaciones que se consolidan y otras que se rompen, pero en todo momento hay crecimiento, curiosidad, sororidad y amor. Para mí no es un 10 pero es súperrrr disfrutable y muestra cómo es posible hacer buen contenido con temática adolescente como punto de partida.
¡Que se venga la cuarta! 🙌🏼
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